lunes, 21 de noviembre de 2011

Las huellas de Laetoli.

En 1978 May Leakey y su equipo descubrieron en Laetoli las huellas dejadas por unos seres bípedos hace 3,6 Ma en una capa de cenizas expulsadas por el volcán Sadiman, humedecida por la lluvia y endurecida al secar al sol. Nuevas cenizas enterraron y preservaron las huellas.
En otros niveles de Laetoli se encontraron restos de Australopithecus afarensis, por lo que se cree que las huellas corresponden a individuos de esta especie. La mayor diferencia entre la huella que deja el pie de un bípedo y la de un cuadrúpedo estriba tanto en el arco longitudinal, muy marcado en el humano, como en el dedo gordo, que se separa en sentido oblicuo en el chimpancé.
Muchos investigadores aceptan estas huellas como pertenecientes a seres bípedos. Por el contrario, Yvette Deloison extrae la conclusión de que la huella de Laetoli muestra una forma intermedia entre chimpancé y humano. En cuanto al contorno, más parecida al chimpancé. Existen rasgos que permiten suponer la funcionalidad prensil del pie.
En 2011 un equipo dirigido por Robin Crompton, utilizando la tecnología láser, comprobó que aquéllos individuos caminaban de forma totalmente erguida, impulsándose con la parte delantera del pie, como los humanos modernos.
En 2011 Matthews, Breithaupt y Charles Musiba determinaron que había un conjunto de huellas de tres individuos y otro de un individuo que cargaba el peso en el pie izquierdo.

Huella de Laetoli. http://media-3.web.britannica.com/eb-media/96/79496-050-4621CDAE.jpg

Reproducción de las huellas. Museo de Laetoli

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