martes, 23 de marzo de 2010

El género gramatical

En muchas lenguas del mundo existe una distinción de género (masculino, femenino) que se asigna básicamente por características objetivas. Existen también nombres epicenos, que denotan seres de ambos sexos, independientemente del género gramatical (ballena, cachalote). Las lenguas distinguen el sexo en los animales en los que por su volumen y por estar en contacto con el hombre, la diferenciación sexual resulta clara.


  • En la lengua lak (Daguestán, Cáucaso, Rusia) existen cuatro géneros:
    • Seres racionales masculinos.
    • Seres racionales femeninos.
    • Otros animales, pero también algunos humanos femeninos y muchos inanimados.
    • Residual.
  • En japonés, la distinción de género es recurrente y se extiende a verbos, etc.
  • Para Cassirer (1955) la división de los sustantivos en dos géneros probablemente no tuvo nada que ver con el sexo natural sino con una diferenciación basada en el rango o valor, cuyos vestigios son todavía perceptibles en el uso del femenino como peyorativo y diminutivo.
  • Según Meillet (1964) en una etapa prehistórica del indoeuropeo, el género femenino probablemente tenía una fuerza semántica, apareciendo como una subdivisión del género animado opuesto al inanimado neutro (tierra opuesta a cielo, mano opuesta a pie). En muchos casos, la decantación dependería del azar.
  • La distribución de palabras en géneros en las lenguas europeas actuales es mayormente arbitraria y solo claramente motivada en lo que se refiere a las personas. En español el masculino está usualmente asociado con el tamaño menor: el cesto-la cesta, el caldero-la caldera, el bolso-la bolsa, el charco-la charca. En español el género se puede determinar, en más de un 95% de las palabras, atendiendo tan sólo a criterios formales (la terminación).
Según Greenberg, si un lenguaje tiene categoría de género, siempre tendrá categoría de número. Todos los lenguajes tienen categorías pronominales que involucran por lo menos tres personas y dos números. Si un lenguaje tiene categorías de género en el nombre, las tendrá en el pronombre. Si un lenguaje tiene distinción de género en la primera persona, las tendrá en la segunda o tercera.

En español, el género de un sustantivo puede estar asociado:
  • A una información de carácter semántico, como el sexo del referente: papá/mamá.
  • A un aspecto formal, como procesos de concordancia: vástago/criatura, libro/libra
  • A ambos: gato/gata

1 comentario:

  1. Interesante el artículo.
    Sólo comentar que en lingüística existe una teoría sobre el género en español que es bastante curiosa. Viene a decir que lo habitual, general o común en español es el género gramatical masculino, por lo tanto, por defecto, todo sustantivo sería gramaticalmente masculino y sólo hay especificación de género, femenino, cuando es necesario referenciar alguna característica especial. Esa característica especial que hay que remarcar puede ser el sexo físico pero en otras ocasiones, y no son pocas, son características de tamaño, forma, etc. y, por supuesto, no necesariamente masculino = grande y femenino = pequeño. Creo recordar que la teoría no reconocía, en español, la existencia del género neutro, gran tema de discusión entre nuestros gramáticos.
    A mi modo de ver, esta teoría desmonta de forma brutal esa visión sobre el lenguaje sexista, machista, bla, bla, bla, con lo cual se tendría que hacer referencia a los “usos sexistas del lenguaje”. El lenguaje no es sexista, ni machista, ni feminista, el lenguaje es lo que es, otra cosa es la forma en la que lo usamos.

    ResponderEliminar