viernes, 29 de enero de 2010

El justo medio de la inmigración.

Pocos se consideran racistas. En efecto, la Ciencia ha demostrado que no existen las razas superiores, y casi todos lo aceptamos.

La «Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial» (aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 21 de diciembre de 1965) define la discriminación racial o xenofobia como:

Toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública.
http://www.unionromani.org/downloads/LexUriServ.pdf



Otra cosa diferente es el egoísmo, que opera a tres niveles:
  • A nivel de gen, como nos ha mostrado Richard Dawkins.
  • A nivel de individuo, tal y como nos enseña la Filosofía. Lo único importante en mi vida es mi bienestar y mi felicidad. Si además puedo hacer felices a los demás, tanto mejor. El límite a mi felicidad es la felicidad de los demás.
  • A nivel de grupo. El grupo social ha de conservarse y reproducirse. Primero están mi cónyuge y mis hijos, después mis padres y mis hermanos, mis sobrinos, mis tíos, mis primos, el vecindario, la comunidad, el pueblo, la comunidad de habla, la nación...
Estos niveles de egoísmo son lógicos (comprobados mediante la teoría de juegos) y naturales (mediante la Sociobiología).
¿Qué decir del internacionalismo comunista, la valentía del legionario, los terroristas suicidas, los mártires religiosos, las huelgas de hambre y otros comportamientos que implican el sufrimiento e incluso la muerte de uno mismo en benficio de los demás? Estos comportamientos no tienen nada de admirable ni aplaudible. Son enfermedades causadas por virus llamados cultura, religión, política...


Apliquemos estos egoísmos, que no racismos, al fenómeno de la inmigración, en este momento en que la crisis económica lo "pone de moda".


La inmigración beneficia a los ricos y a las clases medias. Los inmigrantes limpian el culo de nuestros abuelos, llevan al colegio a nuestros hijos, lavan nuestos platos, podan nuestros rosales, alquilan nuestros pisos aunque estén en mal estado y no tengan ascensor y constituyen una mano de obra para nuestras empresas disponible, barata y dócil. Aumenta un poco la inseguridad, pero lo damos por bueno.
La inmigración perjudica a los pobres. Compite con ellos por los puestos de trabajo de baja cualificación, agota las ayudas sociales y masifica los colegios y los servicios públicos de salud y encarece el alquiler de viviendas.


Estamos ante un contrasentido porque los partidos de izquierda son "blanditos" con respecto a la inmigración mientras que los partidos de derecha son "duros". Debería ser al contrario. Porque esto "tiene un peligro": Hay muchos pobres que se ven perjudicados por la inmigración, que pueden buscar una salida en la derecha radical, tipo Frente Nacional francés.

http://www.pxcatalunya.com/web/decalogo.htm





Las respuesta extremas a la inmigración son:
  • La inmigración no es un problema. Todos en el mundo somos iguales y tenemos derecho a todo en cualquier lugar del planeta. Las fronteras son una invención humana y no están trazadas en la naturaleza. Debe existir libertad de tránsito y establecimiento y hemos de acoger a todos cuantos quieran venir, y proporcionarles los mismos servicios de los que nosotros disfrutamos.


  • Nuestro país tiene una población y unas fronteras. Sólo podrán establecerse aquí quienes estén autorizados. Los demás serán expulsados ejerciendo la violencia que sea necesaria. Es más; es conveniente "cargar la mano" para disuadir a los que tengan intención de venir ilegalmente.



Ambas posiciones son imposibles de mantener. Si todos tienen los mismos derechos que los nacionales y el número de inmigrantes ilegales es muy alto, nuestro dinero irá en beneficio de estos inmigrantes. Pero según las reglas del egoísmo, lo que queremos es que nuestros impuestos nos beneficien a nosotros mismos y a los que nos rodean.
Por otra parte, es inhumano maltratar a quienes llegan aquí escapando del hambre o la persecución de su lugar de origen. Y además es ilegal.
http://www.stopdiscriminacion.org/xenofobia/

Hemos de encontrar un justo medio. Los inmigrantres legales tienen los mismos derechos que nosotros (no más). Pero estos derechos, no podemos concedérselos a los inmigrantes ilegales. Los derechos no existen en la naturaleza. Los conceden las sociedades (más bien los políticos), en los términos que estiman conveniente. Y creo que no conviene que los inmigrantes ilegales tengan los mismos derechos que los nacionales y los inmigrantes legales. Podemos concederles el derecho a no morir de hambre, frío o enfermedad, pero no podemos concederles el derecho a una vivienda digna, a la escolarización (no tiene sentido en quien ha de ser expulsado del país) o a una asistencia sanitara en las mismas condiciones que los nacionales (habrá que evitar su muerte, pero no realizar otras intervenciones o tratamientos). Los Centros de Internamiento para Extranjeros deberán proporcionar mayor bienestar que las cárceles, pues los inmigrantes no son delincuentes. Pero cualquier beneficio que concedamos a los inmigrantes ilegales ha de ser muy bien estudiado para evitar el "efecto llamada".

Creo también que los permisos de inmigración y residencia se deberían otorgar en función de las necesidades de nuestra sociedad y siempre que los que aquí vengan acepten nuestras costumbres. Cualquier rechazo a nuestra forma de vida o a nuestra comunidad debería conllevar la repatriación inmediata.

Y siendo la expulsión algo muy caro y difícil de realizar, hay que invertir en tecnología para detectar las entradas ilegales por mar y aeropuertos, de forma que la marina pueda obligar a las pateras a dar la vuelta y la polícía reembarque a los ilegales de forma inmediata.

Y aquí dejo una cita de la Guía para inmigrantes de los Servición de Inmigración y Ciudadanía de los Estados Unidos de América.

La residencia permanente es un privilegio, no un derecho. El gobierno de los Estados Unidos puede quitarle su residencia permanente bajo ciertas circunstancias. Usted debe mantener sus derechos de residencia permanente si desea vivir y trabajar en este país, y obtener algún día la ciudadanía de los Estados Unidos de América. En esta sección, usted aprenderá lo que significa tener la residencia permanente y lo que debe hacer para mantenerla.
Me despido por hoy reconociendo mi amistad con personas que llegaron aquí ilegalmente o que vivieron  ilegalmente en otros países durante un tiempo. Cuando pienso en ellos, siento alguna de las cosas que he escrito. Pero eso sucede porque los conozco y hoy forman parte de mis allegados. Quiero lo mejor para ellos porque forman parte de mi grupo social. Y prefiero que sean ellos los benficiados por nuestro estado del bienestar que otros que no conozco, aunque vengan de muy lejos y lo necesiten más. Porque soy y debo ser egoísta.

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